Es habitual escuchar dentro del pelotón que, en una carrera, cuanto más cerca de la cabeza, mejor. Rodar cerca de la cabeza (que es distinto de rodar en cabeza), es más fácil porque la carrera es más homogénea. Los ciclistas que se encuentran en la parte de atrás, normalmente tienen que hacer esfuerzos para recortar ciertas distancias que se producen. Es lo que comúnmente llamamos el efecto “látigo” cuando hay que desacelerar en una esquina o cono, y rápidamente acelerar para mantenerte dentro del grupo. Para ponerle valor a esta diferencia, vamos a comparar la potencia desarrollada dentro de una carrera para 2 ciclistas con el mismo peso, pero situados en diferente posición dentro del pelotón.
La carrera en cuestión es el criterio de Saint Paul (Estados Unidos), una carrera consistente en un circuito al que se deberían dar 6 vueltas (16km), dentro del cual se distinguían 6 giros de 90º.
Las siguientes gráficas corresponden a los datos recogidos para ambos corredores. La primera de ella, la del corredor situado a cola del grupo, y la segunda, del corredor situado en las posiciones delanteras.
Lo primero que se puede observar es la “brusquedad” en los datos del corredor situado en la parte trasera, con muchas más oscilaciones (como consecuencia de los látigos). Nada que ver con la gráfica del corredor de cabeza, donde se observa una mayor homogeneidad en sus valores.
Para acabar el análisis, vamos a presentar los datos de potencia para ambos corredores en el total de la carrera, tanto en sus valores medios, como en los valores promedio para distintos intervalos de tiempo.
Como se puede comprobar, el ciclista de cola del pelotón ha tenido que desarrollar más potencia en todos los intervalos de tiempo, así como en el total de la carrera. Concretamente, en el valor medio de la carrera, el ciclista de las posiciones traseras ha tenido que gastar un 8% más que su compañero de cabeza del pelotón. Estas diferencias son todavía más importantes si nos centramos en intervalos de tiempo (25% para la potencia media de 1’, y 12,5% para potencia media de 5’).
La carrera en cuestión es el criterio de Saint Paul (Estados Unidos), una carrera consistente en un circuito al que se deberían dar 6 vueltas (16km), dentro del cual se distinguían 6 giros de 90º.
Las siguientes gráficas corresponden a los datos recogidos para ambos corredores. La primera de ella, la del corredor situado a cola del grupo, y la segunda, del corredor situado en las posiciones delanteras.
Lo primero que se puede observar es la “brusquedad” en los datos del corredor situado en la parte trasera, con muchas más oscilaciones (como consecuencia de los látigos). Nada que ver con la gráfica del corredor de cabeza, donde se observa una mayor homogeneidad en sus valores.
Para acabar el análisis, vamos a presentar los datos de potencia para ambos corredores en el total de la carrera, tanto en sus valores medios, como en los valores promedio para distintos intervalos de tiempo.
Como se puede comprobar, el ciclista de cola del pelotón ha tenido que desarrollar más potencia en todos los intervalos de tiempo, así como en el total de la carrera. Concretamente, en el valor medio de la carrera, el ciclista de las posiciones traseras ha tenido que gastar un 8% más que su compañero de cabeza del pelotón. Estas diferencias son todavía más importantes si nos centramos en intervalos de tiempo (25% para la potencia media de 1’, y 12,5% para potencia media de 5’).